domingo, 12 de abril de 2009

Travesía


Mi papá siempre sabe dónde está.

No mira mucho los nombres de las calles,
ni los números al lado de las puertas.

Cuando paseamos y tenemos hambre
se acuerda dónde estaba el lugar donde hacía un rato nos había dado ganas de ir a comer.


Hace poco me contó que cuando era chico
salía a caminar por Adrogué con una brújula.

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