jueves, 8 de abril de 2010

Comunicado sobre huelga de hambre en la unidad de màxima seguridad Devoto, Argentina

Comunicado de Diego sobre huelga de hambre en la unidad de màxima seguridad Devoto, Argentina

(copypasteado de facebook)



Lo primero que hay que organizar en la huelga, es entenderse con quienes tienen la convicción y la conciencia de lo que hacemos. Las trabas son muchas, las del sistema y el servicio son de esperar, pero lo preocupante es la traba del enemigo interno, el traidor, el indefinido propagando la violencia entre nosotros y quitando del medio el objetivo principal que es luchar contra todo sistema de dominio.
Hoy la huelga me encuentra en la unidad de máxima seguridad Devoto, esto es punta de flecha entre las cárceles de Argentina dado su lugar geográfico (en medio de la capital federal).
Desde el 29/03 iniciamos huelga de hambre exigiendo “paradójicamente”, que se cumpla con la ley; los medios de comunicación de la burguesía bombardean a diario la mente de las personas con inseguridad y violencia, filman operativos y allanamientos al estilo Hollywood y todo el montaje armado, cuando en realidad se enriquecen con la industria del delito, asegurando su reproducción en las cárceles exterminando un porcentaje de la población, torturando otros, violando sistemáticamente todo derecho y garantía… ¡¡No se confundan sociedad!! La democracia tambien asesina, tortura y desaparece personas.
Esta claro que el Estado y sus instituciones necesitan del terror psicológico de la inseguridad y los menores delincuentes como estigmatizantes de un enemigo social, la ignorancia de la mayoría genera el miedo, y el miedo es uno de los medios de control social.
El Estado se enriquece de la “delincuencia”, reproduce la aceptación de capas sociales a la represión de las mismas… Piden pena de muerte!!, el ejército a la calle olvidando o desinteresados del pasado de muerte y tortura, que esperan? Arrepentirse de sus pedidos cuando sus hijos o familiares desaparezcan? Que sociedad sumisa y autoflagelante tenemos… y lo digo con pena, con bronca… El estado reproduce la delincuencia torturando, robando y violando todo derecho humano, en las prisiones e institutos de menores, reproduce la industria del delito, desde la industria carcelaria. No se confundan! El enemigo social no es el comunista, el anarquista, el delincuente o los menores… El enemigo de la sociedad es el Estado y sus instituciones. La cárcel es el pilar fundamental de la dictadura democrática. La cárcel no se reforma, se destruye!! Abajo los muros de las prisiones!!
Salud a la memoria y reivindicación de Mauricio Morales,


Salud a los compañeros Cristian Cancino, Axel Osorio, Diego Ríos, Karina, Gabriel Da Silva, al camarada Claudio, a Freddy y Marcelo y a todos aquellos que en sus convicciones e ideologías no se doblegan, se quiebran o se rinden…
La revolución es luchar día a día
Organización, acción directa y libertad!
Diego.

lunes, 22 de febrero de 2010

No me digas que no existe porque lo he vivido




http://www.myspace.com/hermanosdecausa
Todos los días tengo ganas de ser otra persona.
Ser una sola es poco.

Mujeres en la Cárcel de Ezeiza

Desde la Cárcel de Mujeres de Ezeiza una compañera da cuenta de la ferocidad represiva que va desde las humillaciones constantes, hasta la paloterapia pura y dura, ejes que estructuran la vida en la prisión. Entre otras razones esto es posible porque Argentina es uno de los poquísimos países del planeta que tiene el servicio penitenciario militarizado donde conviven antiguos torturadores de la dictadura con nuevos hijos putativos de la constitucionalidad, hechos a imagen y semejanza, quienes impiden cualquier control por parte de organismos humanitarios, y así disponen discrecionalmente sobre la supervivencia o la muerte de miles de seres humanos privados de libertad.

En nuestra situación de encierro la violencia es algo cotidiano, desde los gritos al son del recuento, el apellido gritado a para cualquier requerimiento, hasta los palos o golpes una vez sancionada por alguna falta cometida.
Diferentes turno de botas, que cada día hay que enfrentar hasta por las simples cotidianeidades de nuestras vidas.
A las 7:45 horas llega el cambio de guardia. El recuento. Deben abrir el patio y darnos los tubos de teléfono (ejemplo de un pabellón, en otro es peor), siempre algún inconveniente, que si llueve y deben consultar si abren el paso del aire libre, aunque estemos a más de 30º grados de calor.
Las instituciones castrenses no permiten que las celadoras de rango más bajo piensen (no se les paga para eso), no deben tener criterios propios. Solo obedecen órdenes, tengan la circunstancia que tengan que afrontar. Ya sea que una interna este muriéndose de cualquier dolencia, que si no les dan la orden y vienen a buscarla las de división Requisa (encargadas de cualquier movimiento), no hay tu tía.
La salida al trabajo (dentro del penal) es otra expedición, no existe un horario fijo, pero se puede oír las exigencias de cuando llaman tienen que ser "ya", todo al trote (sin correr que está prohibido), como si del servicio militar se tratase. Para pasar por la "requisa", no vaya a ser que lleves o traigas algo "ilegal".
Toda esa agresión la recibimos a diario. Nuevas normas, nuevos jefes, cada dos por tres, como en los talleres de producción a los que ahora ni encendedor se puede llevar, eso sí, a la hora que ellas dicen que se puede fumar (pero sin encendedor), lo tenés que hacer en un lugar común provocando encuentro entre trabajadoras de distintos talleres sean amigas o enemigas.
Como en todas las relaciones sociales, entre las compañeras existen roces, que gracias a la violencia institucionalizada se agravan generando peleas. Eso sí, si se desencadena una pelea entre internas, las represalias son para toda la población, no vaya a ser cosa que se contagien las ganas de pelear.
Olas represivas llegan a diario obstaculizando una de las cosas más sagradas de la persona en situación de encierro: la visita de sus seres queridos. Burocráticamente está la trampa, que si papeleo o autorizaciones atendidas por las botas de sección visita.
Largas esperas de los visitantes para entrar o salir del penal. Las humillaciones de requisas, la imposibilidad arbitraria de lo que es permitido ingresar por paquete. Todo eso genera el desgaste de las familias o amigos que deben desplazarse tantos kilómetros para llegar a vernos.
Las incompetencia de las botas de Seguridad Interna (que son las más agresivas) de contener, cualquiera sea el problema de alguna compañera, que lleva reclamando algo (por lo general su derecho), vaya a saber desde cuándo. Y así la hacen explotar de impotencia violentamente y genera casi siempre la paralización total de cualquier movimiento de la población, no respetando horarios laborales, talleres culturales, clases educativas, servicios sociales o de salud. De ese modo se culpa a esa interna del mal padecido por todas las demás.
¿Hasta cuándo llevarán adelante ese falso discurso de "resocialización" por parte de las botas?
¿Quién puede creer que una fuerza militar pueda corregir algo a base de represión?
¡Desmilitarización del Servicio Penitenciario Ya!!!

Martina de la Calleja- Ezeiza