viernes, 9 de octubre de 2009

Más sobre la UCEP de Macri

(copypasteado de facebook)


Esto que les mando, lo escribio un compañero cartonero de la asamblea que hacemos en la puerta de la facu, en el barrio de Constitucion
explica bastante claramente lo que es vivir en la calle, y las metodologias de la "Unidad de Control del Espacio Público" (UCEP), patota parapolicial que incendia y golpea a la gente en situacion de calle. Se creo durante el Gobierno de Ibarra, Macri la legalizo.
espero que puedan leerlo, vale la pena.
besos
agu

Cae otra vez la noche
Cae otra vez la noche, el hombre llega a la que ya es como su casa. Busca allí su lugar de siempre para comenzar su ritual nocturno. Prepara su colchón de cartón y diarios, se sienta sobre él.
Rasca su cuerpo con tesón por la mugre que le dejó la ciudad y su gente. Gente que lo ve y no se inmuta, solo balbucea para si. Quizá, porque como compañía un carro va con él.
El hombre abraza con una mano a su amiga (que no escucha ni contesta sus charlas solitarias) acerca su boca a la suya recibiendo como beso un alcohólico sabor. Posa a su amiga en el verde pasto de la plaza y piensa… Piensa si no le tocará hoy a él la misma suerte de su amigo, que se fue sin llevarse nada, se fue para no volver. Se pregunta si vendrán hoy las bestias para despertarlo con una voz que lo levanta por el aire y que antes de caer puños y bastones podridos de maldad golpeen ese cuerpo, enfermo de vivir, sin más defensa que sus brazos, que indudablemente no detendrán los certeros golpes de las bestias, que al escuchar los gritos y súplicas no harán más que aumentar su voracidad, que solo se detiene ante el cuerpo inerte en el piso. No se detienen por cansancio ni piedad sino porque ya no disfrutan de golpear un cuerpo que no se queja de dolor ni sufrimiento. Solo así se irán del lugar (no sin antes dar la última patada), livianos por haber sacado lo peor de ellos y descargarlo en un cuerpo que osó posarse en el verde pasto de una plaza, que sólo le pertenece a un monstruo, que elige la gente que lo pisará de ahora en más… Despierta de sus pensamientos y reflexiona si no será mejor correr esa suerte que seguir viviendo como vive…
Bebe otro trago de su húmeda amiga, aprieta la frazada contra su cuerpo porque el frío pega en sus huesos como miles de alfileres disparados a la vez. Echa un último vistazo a su carro, se recuesta y junta sus rodillas contra su pecho y sin quererlo suelta a su compañera, que esperará hasta el otro día para su ritual.
Un viento helado sopla haciendo más crudo el pesar del hombre, que por el cansancio no evitará que sus párpados caigan como pesadas persianas. El invierno, piadoso se encarga de llevarse al hombre de su sufrida vida. Después de todo es mejor una muerte suave y blanca que una oscura y violenta en manos de las bestias.
El amanecer se hace presente para todos, todos menos él, que duerme plácidamente un sueño profundo y eterno que le quitará el sufrimiento de vivir.
Uno menos dice el dueño de la ciudad. Uno menos que posará su sucio cuerpo sobre mis plazas…
FIN

Agosto 2009

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